Cuando un óvulo ha sido fertilizado con éxito, se anida en el revestimiento del útero, causando daños menores a los vasos sanguíneos y sangrado. El manchado de implantación tiene lugar aproximadamente de 4 a 6 días después de la fertilización y puede ser una señal temprana de embarazo. Sin embargo, también hay mujeres en las que no se da en absoluto o es tan mínima que pasa desapercibida. Para distinguir un sangrado de implantación de un período, se debe prestar atención al color y la fuerza. La hemorragia de implantación es más clara y roja, no dolorosa y generalmente de corta duración. Puede durar unos días, pero permanece constante en cantidad y no aumenta como la menstruación. A veces, también puede notar un ligero aumento de temperatura. La menstruación también puede ser de color rojo claro al principio, pero por lo general se vuelve mucho más fuerte, más oscura y más marrón durante el transcurso de la menstruación. Además, el momento del sangrado también es un buen indicador de si se trata o no de manchado de implantación, ya que el manchado de implantación generalmente ocurre antes (4-6 días después de la ovulación) que el período esperado (10-16 días después de la ovulación).